miércoles, 23 de abril de 2014

EL ANILLO MÁGICO

Hoy en historias de Transmilenio no contaré las porquerías que a diario se ven en el sistema por el contrario quiero compartirles un muy bonito momento.

A mi lado se sienta una niña con una voz dulce, de risos castaños y sujetados con una gran moña roja, ella tiene una fuerza increíble ya que posee un anillo mágico el cual hace que esta nave roja se mueva, puede acelerar y parar según el comando que ella le de a su anillo.

Al crecer deberíamos mantener esa fuerza que poseen los niños, ya que que son capaces de convertir cualquier cosa en un carrusel de colores, una palabra puede hacer que te vuelvas loco o una prenda de vestir te puede otorgar la capacidad de volar. Ni siquiera un científico loco como el Doctor Frankenstein de Mary Shelley y ni el mismo Julio Verne podría tener el nivel de imaginación de un niño de cuatro años.

Que triste es madurar y perder ese bello don de poder ser quien uno quiera, en cualquier momento y sin importar que la gente te mire como un bicho raro, ahora vivimos supeditados a las normas de la sociedad donde hombre y mujer deben cumplir  con ciertos cánones y si te sales de ellos te observaran como una muestra de examen coprologico.

Esta niña de chaqueta rosa debería con su anillo mágico convertirme en niña nuevamente y así poder jugar en el parque y montar en el columpio, es claro que no ocurrirá, pero al pedírselo ella me va a conceder ese deseo, teniendo en cuenta y como lo dijo "aveces falla" pero seras niña; sería fabuloso volver a tener esa fuerza que tuve y de grande olvide.