domingo, 20 de julio de 2014

UN DÍA COMO HOY

Un día en aquellas escaleras de esa enorme y empinada universidad llegaste tu, con tu pelo crespo y tu sonrisa de un millón de dolares, estrechamos las manos y en ese instante jamás imagine que esa mano sería la que me sacaría del lodo, y esa persona una de las que más he amado en mi vida.  

En una noche de estrellas luego de una larga conversación decidimos estar juntos y un beso con tu respiración agitada por los nervios y mi sonrisa al final dio paso a todo ese precioso capítulo en mi vida.

Ambos con heridas, nos dedicamos a cuidar uno del otro a sanar y curar eso que nos hacia daño, sin embargo mi batalla contra ellas fue muy dura y no avanzaba como quería. Fueron muchos los momentos de felicidad que tuvimos y de esa manera hacían que fueran batallas ganadas. Sin duda alguna fueron los mejores años, viviendo y sintiendo eso que llaman amor. 

Pero la vida nos jugo una mala pasada, tus heridas fueron cada vez mas grandes y por mas que lo intentara no podía curarte, así que decidimos que lo mejor era que estuvieras en otro lugar. Nunca sabré a cuál de los dos le dolió más esa separación. 

Paso el tiempo y con el llegaron los estragos que van deteriorando las relaciones de pareja, algo inevitable en ese momento pero que creímos que era lo mejor para no dar protagonismo a las lagrimas. 

Transcurrían las lunas y cada quien iba por su camino pero la brecha no era tan amplia como para no seguir cuidando el uno del otro,era inevitable ya que era un vinculo bastante fuerte el cual no ser rompería fácilmente. 

Sin embargo las heridas volvieron a atacar, llegaron a ti en forma de soledad, de alcohol, depresión y esa alma corrompida la cual sólo succionaba lo mejor de ti. Esta vez mi batalla no fue en solitario, varios nos unimos a la causa para sacarte de ese infierno en el cual estabas viviendo, sacándote literalmente de las garras de eso que cada vez te arrastraba a otro lugar donde ni yo por mas amor que te tuviera podía ir a darte la mano para sacarte de allí. 

Fue una lucha dura, y aveces creo que puede haberla hecho con mejor estrategia, pero al final te sacamos, volviste con tu preciosa sonrisa a mi puerta a decirme que podríamos vivir un nuevo capitulo, nuevamente sonreí y te dije que a la vuelta nos veríamos. 

Luego un día como hoy alguien al teléfono me dijo que ya no estabas, que habías cruzado al otro lado y simplemente me deje caer en ese anden y lloré; esa arpía con sus palabras ponzoñosas pudo entrar en ese pequeño punto débil que tenias, revolvió tu mente y te llevo a tomar esa decisión de acabar con tu dolor. No me atreví a verte en esa caja de madera y al final cuando caía la tierra, con cada palada sentía como se iba la mitad de mi alma contigo. 

Ya han pasado 4 años pero el dolor sigue, aunque cada año que pasa recuerdo mas esos días soleados fumando entre lijas, madera y acuarelas, o cuando nos sorprendían haciendo bobadas que nadie mas comprendía.   Aveces creo que si hubiera hecho mas estarías conmigo, pero es algo que ya no puedo remediar, sólo queda mirar siempre al cielo y decir te amo. 

Moraleja: No descuide a los que lo quieren, no se sabe el infierno que cada persona pueda estar viviendo, no calle sus sentimientos expreselos siempre, no deje llenar su corazón de odios y sobre todo así suene a cliché viva cada día al máximo con sus seres queridos, nunca se sabe si mañana tendrá un día más con ellos

2 comentarios:

  1. Somos porfiados al creer que tendremos siempre un mañana para expresar nuestros sentimientos.

    Una historia conmovedora.

    ResponderEliminar